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En menos de 24 horas, cerraron dos históricas empresas en Tres Arroyos

El frigorífico Anselmo presentó la quiebra tras más de 90 años de trayectoria y dejó a 150 trabajadores en riesgo. En paralelo, la planta de Mustad, dedicada a la producción de herraduras, cesó su actividad y despidió a 60 operarios.

En menos de 24 horas, cerraron dos históricas empresas en Tres Arroyos

El frigorífico Anselmo presentó la quiebra tras más de 90 años de trayectoria y dejó a 150 trabajadores en riesgo. En paralelo, la planta de Mustad, dedicada a la producción de herraduras, cesó su actividad y despidió a 60 operarios.

La ciudad bonaerense de Tres Arroyos atraviesa un duro golpe económico y laboral tras confirmarse, en menos de 24 horas, el cierre de dos emblemas industriales. Por un lado, el frigorífico Anselmo, fundado en 1930 y con una trayectoria de más de 90 años en la faena de bovinos, porcinos y ovinos, presentó su pedido de quiebra. La medida deja a 150 empleados en riesgo y afecta también a proveedores, transportistas y comercios locales que dependían de su funcionamiento.

La crisis de Anselmo no fue sorpresiva: desde principios de año acumulaba sueldos abonados en cuotas, despidos y retiros voluntarios inconclusos, además de cheques rechazados por más de $120 millones. La falta de materia prima y la caída en los niveles de producción precipitaron el cierre, pese a los intentos sindicales de sostener la actividad. Para muchos vecinos, la quiebra simboliza la pérdida de un pilar productivo y de identidad comunitaria.

En paralelo, la firma noruega Mustad, instalada en el Parque Industrial de Tres Arroyos desde los años ’90, detuvo su producción y despidió a 60 operarios. La empresa, fundada en 1832 y dedicada a la fabricación de herraduras para exportación, aseguró que la operación dejó de ser viable en el país, aunque garantizó el pago de las indemnizaciones.

Ambos cierres reflejan las dificultades que atraviesan las industrias medianas y pequeñas frente al aumento de costos, la escasez de financiamiento y la competencia de mayor escala. En Tres Arroyos, el impacto trasciende lo laboral: es percibido como la pérdida de parte de la historia y del entramado económico que sostuvo a la comunidad durante generaciones.

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