
El golpe de las retenciones cero: suba de precios y tensión en los supermercados
La baja temporal de retenciones benefició a las cerealeras, pero disparó aumentos en las góndolas y desató un pedido urgente de intervención al Gobierno.
La medida que permitió a las principales cerealeras exportar sin retenciones por 48 horas dejó un fuerte impacto en el mercado interno. Mientras las compañías agroexportadoras liquidaron 7.000 millones de dólares en apenas dos días, los supermercados recibieron listas con subas de hasta el 7% en alimentos básicos, especialmente harinas, aceites y yerbas. La situación puso en alerta a la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y a la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), que reclamaron al Gobierno nacional actuar de manera “urgente” frente a lo que consideran aumentos especulativos.
Los supermercados advierten que la cadena de consumo ya estaba golpeada: las ventas en julio registraron una caída intermensual del 2,1% según el Indec, con salarios estancados y un poder adquisitivo en retroceso. El comunicado de las entidades fue categórico: “El supermercadismo argentino pide prudencia”. Aconsejaron a proveedores retrotraer precios y a supermercadistas resistir remarcaciones que pongan en riesgo el consumo. Sin embargo, comerciantes del interior admiten que la situación es límite: si trasladan las subas, pierden clientes; si no lo hacen, no cubren costos.
El trasfondo político y económico agrega tensión. Las cámaras empresarias señalaron directamente al presidente Javier Milei y al ministro de Economía Luis Caputo, reclamando “medidas decididas más allá de las urgencias electorales”. Aseguran que la transferencia de ingresos de los sectores populares a las grandes exportadoras durante la vigencia de la medida ascendió a 1.500 millones de dólares, un volumen que no tiene antecedentes recientes. En paralelo, los precios de alimentos sensibles como panificados, aceites y carnes reaccionaron de inmediato, erosionando aún más los ingresos de las familias.
El pedido de las entidades incluye un paquete más amplio: defensa del poder adquisitivo, impulso al consumo y la inversión, creación de empleo, cambios impositivos y reforma laboral. Pero lo urgente, remarcan, es contener la escalada de precios que amenaza con llevar al cierre a miles de comercios. “Cambian las reglas del juego todo el tiempo, no hay previsión ni estabilidad. Así no se puede sostener ninguna actividad”, sintetizó un supermercadista. La promesa oficial de mantener la inflación “a raya” se enfrenta a uno de sus mayores desafíos a semanas de las elecciones.