
Ucrania atacó con drones una refinería clave en el sur de Rusia y golpeó el abastecimiento militar
El impacto alcanzó la planta Afipsky en Krasnodar Krai, provocó un incendio y se suma a una serie de ofensivas que redujeron en un 17% la capacidad de refinado rusa.
La guerra en Ucrania escaló este viernes con un nuevo ataque a infraestructuras energéticas en territorio ruso. Drones ucranianos impactaron la refinería Afipsky, ubicada en la región de Krasnodar Krai, uno de los complejos petroleros más importantes del sur de Rusia y centro estratégico para el suministro de diésel y queroseno al Ejército de Moscú. El ataque generó un incendio en una de las unidades de producción, que fue sofocado por los equipos de emergencia, y obligó a interrumpir temporalmente las operaciones.
La planta, que procesa alrededor de 9,1 millones de toneladas de crudo por año (el 2,1% del total nacional), ya había sido blanco de drones ucranianos en agosto, lo que obligó a detener parcialmente sus operaciones. El Ministerio de Defensa ruso aseguró que interceptó 55 drones en ocho regiones, incluidos tres en Krasnodar, pero reconoció que el ataque logró impactar en la instalación.
La campaña de ataques contra refinerías rusas, intensificada desde agosto, redujo la capacidad de refinado del país en 1,1 millones de barriles diarios, equivalente a un 17% del total, y provocó una caída del 10% en la producción de gasolina. Más de 300 estaciones de servicio cerraron en distintas regiones y se impusieron límites de compra de entre 10 y 20 litros por persona. En Crimea y Sebastopol, bajo ocupación rusa, cerca del 50% de las estaciones dejaron de vender combustible.
El efecto inmediato se refleja en el alza récord de los precios de la gasolina —que subieron entre 40% y 50% en lo que va del año— y en crecientes dificultades logísticas para el ejército ruso en el sur de Ucrania. La estrategia ucraniana apunta a golpear la infraestructura energética que sostiene tanto el frente militar como los ingresos del Kremlin por exportaciones de hidrocarburos.
Aunque Rusia intenta minimizar el impacto y mantiene planes de modernización de Afipsky, valuados en 217 mil millones de rublos, los reiterados bombardeos evidencian la capacidad de Kiev de desplegar drones de largo alcance contra objetivos industriales críticos. El desgaste logístico generado por estos ataques representa un desafío cada vez mayor para Moscú en el marco de la prolongada guerra.